Las máquinas antiguas, las páginas amarillentas conservadas en una bóveda y un estudio de TV en plena redacción fue lo que más les sorprendió a un grupo de lectores que ayer protagonizaron una nueva visita a LA GACETA.
En el marco del cumpleaños número 113, nuestro diario volvió a abrir sus puertas para que estudiantes universitarios, profesionales y adultos mayores recorrieran el edificio de Mendoza 654 y conocieran de cerca cómo se produce la información que consumen cada día.
El recorrido comenzó con la bienvenida del secretario de Redacción, José Názaro, quien repasó la historia de LA GACETA: desde su nacimiento como publicación dominical en 1912, de la mano de Alberto García Hamilton, hasta su consolidación como el principal medio del norte argentino. También recordó los grandes hitos tecnológicos: la creación de la página web en 1997, el salto a las noticias minuto a minuto en los 2000, las redes sociales y la creación de contenidos audiovisuales con Panorama Tucumano y LA GACETA Play.
Los lectores, curiosos, preguntaron cómo hacen los periodistas para lidiar con la gran cantidad información que circula por las redes y que no siempre tiene fuentes confiables. “Hoy ya no se trata de tener la primicia. Nuestro rol es verificar. Hay mucha información circulando, redes sociales que muchas veces no tienen ninguna responsabilidad ni fuente confiable. Nosotros queremos ser los que llevan la información certera, no los más rápidos”, remarcó Názaro.
“Nuestro objetivo sigue siendo el lector, el televidente, la audiencia. Cada persona que consume nuestros contenidos en cualquiera de las plataformas está en el centro de nuestra tarea”, agregó.
Los lectores compartieron los desafíos de la noticia en la Redacción de LA GACETAUno de los momentos que más disfrutaron los lectores fue la visita al museo de nuestro diario, donde pudieron ver de cerca máquinas de escribir, cámaras de foto antiguas y las páginas de plomo que se armaban en los talleres hasta el año 1982.
El archivo histórico de LA GACETA sorprendió y emocionó a los visitantes, quienes pudieron ver los ejemplares -muchos de ellos amarillentos- que conservan parte de la memoria provincial y nacional. “Es como entrar a otra época, huele a nuestra historia”, comentaron. Allí se enteraron cómo se conservan las primeras ediciones del diario en una bóveda, a una temperatura especial.
El paseo continuó por la redacción, llena de pantallas y transmisiones en vivo que muestran el ritmo del periodismo actual. Para Nacho Ortiz, de 23 años, que se recibió en la escuela de Cine y ahora es estudiante de Comunicación, fue una experiencia reveladora: “quería ver el detrás de escena, cómo se trabaja en el día a día, más allá de la teoría”.
Entre los visitantes que participaron de la jornada de puertas abiertas de la redacción hubo historias y emociones diversas, todos con un mismo hilo conductor: el afecto por el diario.
“No concibo despertar sin el café y LA GACETA. Soy un lector muy fiel. Me gustan las columnas, los periodistas, la política provincial y nacional, deportes y el suplemento Tucumanos, que siempre leo. Por eso agradezco esta invitación”, señaló Luis Velardez, de 56 años. Llegó a Tucumán desde Misiones en el año 1987 y apenas hojeó nuestro diario lo hizo parte de su vida. Ayer, mientras recorría la redacción, reconoció que sentía la emoción de un niño.
Otra historia fue la de Juan Manuel Alvarez, de 78 años, para quien la lectura de LA GACETA es casi una herencia familiar. “Es una costumbre inculcada por mi padre. Teníamos un almacén y el diario siempre estaba en la mesa. Empecé a leer las noticias a los 13 años. Hoy sigo prefiriendo el papel, aunque también lo miro on line. Me gusta leer, aprender, ver cómo se escriben las palabras, incluso encontrar algún error”, relató con humor.
“Hace 65 años que leo LA GACETA. Quería conocer qué hay detrás de las noticias”, dijo Osvaldo Sorane, contador jubilado de 82 años. A él lo que más le atrajo fue el estudio de televisión y la producción de los programas.
Inscribite gratuitamente al Foro de Sostenibilidad y Sector Privado de Fundación León y Fundación del Tucumán, presentado por LA GACETAAunque muchos imaginaban una redacción llena de papeles, escritorios y muebles de madera, los lectores se encontraron con un espacio moderno que los dejó boquiabiertos. Mauro Olmos tampoco pudo ocultar su emoción. “Soy estudiante de Comunicación, así que para mí es como estar en un parque de diversiones. Es una gran oportunidad para conocer de cerca cómo se lleva adelante el proceso de la información, cómo se forman los profesionales y cómo es el oficio”, resumió.
En el archivo: “lo rico de este lugar es que es un espacio vivo”
Las noticias son de hoy, pero para contarlas con calidad es necesario mirar hacia atrás. Así lo explicó Sebastián Rosso, del Archivo Histórico de LA GACETA, durante la recorrida especial que hicieron los lectores. “La información circula en vivo, pero para tener autoridad y no repetir lo que muchas veces se ve en redes sociales, necesitamos asentarnos en documentos”, señaló. Sin embargo, advirtió que esos mismos documentos no siempre son verdades absolutas. “Muchas veces son contradictorios. Y eso es fascinante. En el archivo de LA GACETA, que existe desde la década de 1930, no solo guardamos datos puntuales, sino también distintas voces y miradas sobre un mismo hecho. Eso enriquece el trabajo periodístico: permite reconstruir el pasado, ver los cambios de opinión y las transformaciones sociales”, explicó. El especialista remarcó la importancia de este reservorio: “a diferencia de otros archivos, que se basan en documentos oficiales con valor legal, acá encontramos la vida misma: relatos, crónicas, testimonios, fotografías. Lo rico de este lugar es que parece muerto, pero en realidad es un espacio vivo, donde cada documento puede abrir una nueva puerta para contar la historia”.
Sensaciones: “hasta el olor es especial”
Al ingresar al Archivo Histórico, la impresión de los lectores fue inmediata. “Hasta el olor es especial. Se siente la historia acá”, expresó con una sonrisa Mauro Olmos, mientras observaba las páginas antiguas, las fichas y las publicaciones que guardan más de un siglo de memoria periodística.